La ignorancia sobre la existencia de la piedra
Kueka en territorio ajeno, también la tenían la mayoría de los
venezolanos. Los medios privados habían dejado por mucho tiempo de
divulgar la noticia, escondiéndola en el olvido.
En el año 1998, el gobierno ignorando la voluntad
popular, e incluso sin consultar al Pueblo Pemón, de los estados
Bolívar y Amazonas, cometió no sólo una atrocidad, sino también un abuso
y violación a nuestro patrimonio arqueológico.
Sin consultar a este pueblo ancestral, el gobierno no se le ocurrió otra brillante idea, que regalar en
calidad de donación nuestra piedra Kueka, que no es propiedad de ningún
Ejecutivo, sino de las venezolanas y los venezolanos.
Actualmente, la piedra se encuentra sin ninguna protección, en un
parque abierto en la ciudad de Berlín, Alemanía, lo cual permite ser
objeto de rasguños, rayones y grafitis hechos por parejas que consiguen
en la roca, el lienzo perfecto para expresar su sentir. ¿Ese es el
destino que merecía nuestra hermosa reliquia ancestral?. Espremos que el gobierno actual tome en cuenta la peticiòn del pueblo Pemòn...Regresen a la Abuela Kueka a nuestra tierra.
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