En1988, en el Estado de Monagas, al norte de Venezuela, un grupo de investigadores examinaba unas cuevas, cuando descubrieron un hallazgo que los dejó atónitos. Se encontraron unos huesos de murciélagos.
Mas allá de ser criaturas de mitos y leyendas macabras, los murciélagos son controladores de plagas de insectos, son excelentes dispersores de semillas, son polinizadores de frutos de importancia económica y son el alimento de algunas aves rapaces y serpientes. En algunos lugares del mundo, todavía utilizan sus excrementos como abono natural para cultivos. Cuando van en busca de alimento, salen de sus cuevas en tales cantidades que forman un espectáculo impresionante.
Los murciélagos conforman el taxón más diverso de Venezuela, abarcando casi la mitad de la mastofauna. Hay 7 familias insectívoras, 4 de ellas exclusivas del geotrópico (Mormoopidae, Natalidae, Furiteripdae, Thyropteridae). La familia Noctilonidae incluye al murciélago pescador.
Aproximadamente la mitad de los murciélagos del país pertenecen a la familia Phyllostomidae donde predominan los frugívoros y polinizadores, incluyendo también insectívoros y hasta carnívoros, por ejemplo el el "falso vampiro" (Vampyrum spectrum), es el murciélago depredador más grande de América. Puede llegar a tener casi un metro de envergadura y se encuentra en bosques lluviosos. Es un animal carnívoro que se alimenta principalmente de aves y mamíferos pequeños, su ocurrencia es muy rara. Cuando se colectó a este hermoso ejemplar, fue necesaria la presencia de cuatro personas para retirarlo de las redes, debido a la fuerza que hacía al tratar de escapar y a sus poderosas mandíbulas cuyos dientes perforaban fácilmente los guantes de cuero de los investigadores.