Los karive se mandaban al buche a todos sus vecinos. No eran los únicos que comían carne humana, pero por su fama temible quedó de ellos el término "caníbal". Cuenta la leyenda que Piaim’mâ y su mujer devoraban todo lo que tenían a su alcance: arcos, flechas, leños ardientes y hasta a sus propios enemigos. En los ríos solían formar remolinos con sus bocas y al aspirar tragaban las canoas con sus ocupantes incluidos. Para los karive, Piai’mâ era la personificación de la noche, ese gran agujero negro que engulle al sol. La pareja tenía en su casa un hueco profundo en el que dejaban caer a las víctimas con que se darían un banquete.Con hábitos similares a los de Piai’mâ, los karive le arruinaron a Cristóbal Colón su sueño de haber encontrado el Paraíso Terrenal. La recepción amistosa que había tenido de los taínos lo había convencido de que se hallaba en el Edén, pero al poco tiempo se encontró con evidencias de pueblos que comían carne humana. Los propios taínos (un pueblos de origen arawako, no caribe) eran uno de los platos predilectos de los karive. (El canibalismo en Venezuela, no ha podido ser comprobado, según las investigaciones arqueológicas realizadas en el país de los numerosos restos humanos investigados)
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