Para escaparle a la muerte, la princesa Sheherazada le contaba todas las noches historias maravillosas al sultán. Hizo eso durante 1001 noches, y por el poder de su palabra y su inventividad, logró salvar su bello cuello.
En la actualidad vemos como con la llegada de los atractivos del progreso, los indios van perdiendo el interés por escuchar a los más viejos, e incluso la autoridad de chamán (pajé) va poco a poco siendo corroída.
A los ancianos les gusta que escuchen sus historias, se muestran felices por encontrar a alguien que se interese en aquello que ellos tenían para contar, pues saben acerca de la importancia de preservar sus tradiciones indígenas.
Se necesita una Sheherazada, pero que no cuente, sino que por el contrario escuche las historias de los indios para escribirlas preservar sus tradiciones.
En la actualidad vemos como con la llegada de los atractivos del progreso, los indios van perdiendo el interés por escuchar a los más viejos, e incluso la autoridad de chamán (pajé) va poco a poco siendo corroída.
A los ancianos les gusta que escuchen sus historias, se muestran felices por encontrar a alguien que se interese en aquello que ellos tenían para contar, pues saben acerca de la importancia de preservar sus tradiciones indígenas.
Se necesita una Sheherazada, pero que no cuente, sino que por el contrario escuche las historias de los indios para escribirlas preservar sus tradiciones.
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