Nuestros indígenas antes de la conquista consumían maíz, yuca, papa, complementado con piezas de cacería y pesca, frutas y raíces. Con la influencia española tenemos la introducción de nuevos productos animales y vegetales: carne de vacuno, porcino, aves, huevos, aceites, especies, harina de trigo, vino, arvejas, ajos, cebolla, lentejas, melones, rábanos, ajoporros, lechuga, caña de azúcar. Posteriormente con la influencia Africana tenemos la introducción de cereales (mijo y sorgo) tubérculos, granos, verduras, frutas (plátanos, cocos, e higos), así como carne de ovejas, cabras, uso del aceite de palma y miel.
Es por ello que en la actualidad podemos mencionar platos tradicionales con mezcla Indígena. Española y Africana tales como:
Casabe, tequeños, quimbibó porteño, empanadas con caraotas negras, sopa de mute, polenta, pastel de pollo, escabeche, olleta de gallo, chalupa, Pan de horno caroreño, pan de tunja, acema de maíz, pan de canilla e’ muerto, pan de horno de trigo y de maíz cariaco, pan de nueces, hervido de chivo, mondongo de chivo, bollos pelones, tostones, sancocho de armadillo, armadillo asado, plátano con queso blanco de año, Panes de maíz, de avena, pan negro o integral, pan de mantequilla, pan de leche, pan de agua, pan de queso, pan de yuca, arepas de harina de trigo, sopas (de papas, de apio, de arveja, de cereales, de plátano verde), mondongo, pizca andina, ajiaco, albóndigas de marrano, mechado de marrano, gallina rellena, lechón horneado, chorizo, trucha horneada y trucha frita, sancocho de gallina y de res, cachapas, empanadas, sopa de picadillo, sopa de plátano verde, sopa de cochino, sancocho de gallina, guisados de pescados de río, guisado de lapa, carne asada de aves, pisillo de chiguire, rabo de baba y venado, palo a pique llanero, carne en vara, perico, niños rellenos, venado asado. Pelao de gallina, sopa dorada, catara, guarusé, cucurito, pijiguao, sapoara, el pavón, el lau lau (frito o hervido), cuajado de morrocoy, el tortuguillo.
La realidad señala que la gastronomía venezolana no ha sido considerada en su verdadero potencial, ni aprovechada como recurso turístico. Las referencias que mencionan a esta importante expresión cultural como recurso turístico son muy escasas. No obstante, las manifestaciónes culinarias son susceptibles de ser rescatadas en la medida en que se vinculen con la concepción de patrimonio cultural, resaltando la dimensión en términos de su valor y su integración con el resto de los atributos que conforman la identidad nacional.
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