La temporada de lluvia trae consigo un obsequio de la naturaleza para los pobladores de las remotas tierras de La Gran Sabana venezolana: se trata de las llamadas"hormigas de fuego", unos insectos tropicales que los lugareños aprecian por sus múltiples usos. Son insectos ansiosamente esperados por los indios pemones en el sureste de Venezuela.
Con las lluvias, las hormigas conocidas como "bachacos", de 2.5 centímetros de largo, salen en estampida de sus agujeros para reproducirse, son las hormigas reinas, dotadas de alas para el vuelo nupcial. En ese momento es cuando los más jóvenes miembros de la comunidad pemón se aprestan a cazar las hormigas y depositarlas en recipientes plásticos. Los niños ríen frenéticamente mientras se esfuerzan por impedir que las hormigas salgan fuera de los envases
Pero aparte de las alegrías que proporcionan a los niños, para los pemones la caza de las hormigas constituye una importante labor. Las indias utilizan los insectos para preparar un picante autóctono de la zona que forma parte de la alimentación diaria de los pemones, que subsisten gracias a una dieta basada en vegetales. Los indígenas suelen comer junto con las hormigas un tipo de pan de mandioca llamado "casabe"; el "tuma", que es una salsa a base de espinaca, y una hoja conocida como "aurusa" que es hervida en una mezcla de agua y jugo de mandioca, y luego condimentada con ají o pimientas amarillas y verdes.
1 comentario:
UYYY,,,
QUE FEOS,,,,
JAJAJAJAJAJAJA
Publicar un comentario