Muchos pueblos indígenas que hoy son “no contactados” son en realidad los supervivientes (o descendientes de supervivientes) de atrocidades cometidas en el pasado: masacres, epidemias, violencia aterradora… han marcado a fuego su memoria colectiva, y ahora tratan de evitar el contacto con el mundo exterior a toda costa.
El gerente de la empresa, Antonio Mascarenhas Junqueira, planeó la masacre, al considerar que los indígenas Cinta Larga se interponían en sus actividades comerciales. “Estos indígenas son parásitos, son una vergüenza. Ya es hora de acabar con ellos, es hora de eliminar esta peste. Liquidemos a estos vagabundos”.
Alquiló un pequeño avión, desde el cual se lanzó dinamita sobre una aldea Cinta Larga. Más tarde, algunos de los asesinos regresaron a pie para rematar a los supervivientes. Al encontrar a una mujer amamantando a su hijo, dispararon a la cabeza del bebé, y luego colgaron a la madre cabeza abajo y la abrieron en canal. El juez que instruyó el caso dijo: “Nunca hemos asistido a un caso en el que se diera tanta violencia, tanta ignominia, egoísmo y salvajismo, y tan poco aprecio por la vida humana”.
En 1975, uno de los asesinos, José Duarte de Prado, fue sentenciado a 10 años de cárcel, pero fue indultado ese mismo año. Durante el juicio, había declarado: “Es bueno matar indios, son vagos y traicioneros”.
Fuente...www.survival.es
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