En la Sierra de Perijá, Venezuela, la etnia Yukpa conserva el mito de "Mashiramu". "Tavoukcha fue un Yukpa que ascendió a las nubes y se trajo a los monos a vivir a la Tierra, se apareó con una mona y engendró a Mashiramu, el oso frontino, quien tiene el cuerpo cubierto de pelos para ocultar su semejanza con el Hombre, de quien es hijo".
En los sitios donde los grupos indígenas fueron erradicados, como es el caso de la Cordillera de Mérida en Venezuela, hoy en día se hace más notoria la concepción del oso frontino como un animal dañino, debido a la casi absoluta prevalencia del aporte cultural europeo por sobre la visión espiritual del indígena. En muchas áreas, el oso frontino es conocido incluso con el nombre de "El Salvaje", una visión antropomorfizada de origen español que sustituye tanto a los nombres indígenas como al de la misma palabra "Oso".
Petroglifo con la cara de un oso frontino:Se encuentra en © Museo Arqueológico "Gonzalo Rincón Gutiérrez", Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
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