lunes, 31 de agosto de 2009

LOS INDÍGENAS CUENTAN...Surgen las razas


“Los indígenas cuentan que existía un río de leche, y todos los seres humanos eran negros.

Un primer grupo se acercó al río y se bañó en él. Al salir, su piel había perdido el tono original y se mostraba blanca; de allí salió la raza blanca.

Al retirarse, las aguas del río habían perdido su tono original.

Más tarde, otro grupo se acercó y se bañó en él y salieron los orientales (raza amarilla), que quedaron de ese color porque el agua había quedado un poco sucia.

Al retirarse, el agua se encontraba con un tono bastante lejano al blanco original.

Llegó otro grupo y se bañaron el río de leche ya sucio, y de él surgió la raza indígena; ya con piel más oscura porque no alcanzaron a blanquearse del todo debido a la suciedad del río.

Al bañarse ellos quedó muy poca leche limpia, y el último grupo, sólo alcanzó a sumergir la planta de los pies y la palma de las manos; de ese grupo salió la raza negra.”

De cuentos y leyendas americanas

miércoles, 26 de agosto de 2009

UN INDIGENA ...UNA LEYENDA


El área ocupada en nuestros días por la ciudad de Los Teques, fue poblada por varios grupos indígenas, las cuales contaban cada uno con su propio cacique. La tribu de Guaicaipuro, que abarcaba un área desde Turgua al este hasta donde hoy se encuentra San José de los Altos, al oeste, era una de las más grandes. Uno de sus hijos varones Baruta, se convirtió también en Cacique y dominaba el área del actual municipio de igual nombre. Otras hijas de Guaicaipuro eran, al parecer, Tiora y Caycape.

Los españoles descubrieron oro en el área de Los Teques hacia 1560, y como comenzaron a poblar el sitio de las minas para extraerlo, Guaicaipuro, sintiendo su tierra invadida, atacó en su contra junto a otros caciques aliados, entre ellos Terepaima, forzando a los españoles a abandonar del lugar. Después del ataque, el gobernador de la provincia de Venezuela, Pablo del Collado envió a Juan Rodríguez Suárez en 1561 para pacificar el área. Rodríguez Suárez creyendo que había alcanzado su tarea al repeler a Guaicaipuro de la zona, deja el área al cuidado de algunos mineros y de tres de sus hijos, mientras exploraba los términos de Caracas. Una vez que los solda
dos españoles se hubieron ido, Guaicaipuro asaltó de nuevo las minas y mató a todos los trabajadores, así como a los hijos de Rodríguez Suárez.

Inmediatamente después de eso, Rodríguez Suárez que estaba en camino a la ciudad de Valencia, con el propósito de reunirse con los españoles leales al rey que intentaban detener al caudillo rebelde Lope de Aguirre (conocido en Venezuela como El Tirano, de los conquistadores del Perú, venido por el Amazonas en 1561 y alzado contra la Corona), fue emboscado por Guaicaipuro y el cacique Terepaima que le dieron muerte durante su trayecto. Iba con un contingente reducido de seis soldados.


Después de estos sucesos, Guaicaipuro se convirtió en la figura principal y central en la sublevación de todas las tribus nativas de la provincia de Caracas, y logra unirlas a todas bajo su comando. En 1562 Terepaima derrota una fuerza expedicionaria conducida por el capitán Luis de Narváez, matándolo a él y a 150 de los expedicionarios. Debido a los ataques feroces por parte de los indígenas, los españoles se retiraron lejos del área por varios años.
A fines de 1567 o inicios de 1568 Francisco Infante y sus hombres conducidos por guías nativos que habían sido chantajeados, dieron con el paradero de la choza de Guaicaipuro, en las cercanías de Paracotos.

Según la leyenda Guaicaipuro prendió en fuego su choza y se suicidó antes de permitir que los españoles lo encontraran con vida, sin embargo la otra versión sobre su muerte, que es la que ofrece el historiador José de Oviedo y años en su obra publicada en 1723, narra que tras una larga batalla por su vida, los españoles imposibilitados de entrar a la choza, decidieron lanzarle una bomba de fuego sobre el techo de paja, obligando con ello a salir a Guaicaipuro que perece luchando con la espada que le había ganado a Rodríguez Suárez.


Los restos de Guaicaipuro fueron trasladados al Panteón Nacional de manera simbólica, el 8 de diciembre de 2001, asignándole un espacio junto a los próceres de Venezuela, encabezados por Simón Bolívar, el Libertador.
El municipio Guaicaipuro del estado Miranda, Venezuela fue así nombrado en su honor.

INDÍGENAS EN LA CALLE


El gobierno venezolano dice que busca soluciones que contrarresten la migración masiva de indígenas hacia las principales ciudades del país como consecuencia del desplazamiento producido debido a la expropiación de sus tierras.

La meta según el gobierno es devolver a estos ciudadanos venezolanos a sus sitios de origen para incorporarlos a actividades productivas que le permitan superar la marginación y la pobreza, con miras a reivindicar sus derechos como seres humanos y como venezolanos, demarcándoles su hábitat y tierras a estos pueblos y comunidades indígenas.

De esta forma según el gobierno, busca regresar a las comunidades y pueblos indígenas la potestad sobre los territorios de los que fueron expropiados. Todo esto, con la participación activa de los diferentes grupos étnicos presentes en el país.Cabe ahora preguntarse se está cumpliendo con estas disposiciones??

viernes, 14 de agosto de 2009

LOS YUKPA


Los Yukpas se asientan en la Sierra de Perijá una cordillera montañosa al oeste del lago de Maracaibo en el Edo. Zulia.


Algunos de sus poblados como Allapaina, Novito y Toromo pueden ser visitados desde Machiques en dirección al parque nacional sierra de Perijá.


Dichos asentamiento bordean las vertientes del río Atapshi, nombre del primer Yukpa transformado en río por el creador en tiempos míticos, hoy aparece en los mapas como Río Negro.


El paisaje de esta región de Venezuela es perturbador en la inmensidad suspendida de sus dominios. En sus montañas abundan formaciones de piedra y cuevas habitadas por murciélagos, muchas de las cuales son los cementerios de los antiguos Yukpa.

DIRECCIÓN DE ASUNTOS iNDÍGENAS

domingo, 9 de agosto de 2009

JUYÁ Y PULOIU


Existen dos seres especiales en la comunidad Wayúu se trata de Juyá y Puloui. Juyá como ser mitológico es un personaje que habita en las alturas celestiales, más allá del sol. Es un guerrero, cazador, seductor y progenitor.


En la cultura Wayúu es sinónimo por excelencia de la masculinidad .Juyá se muestra ante los Wayúu de diversos modos, se puede mostrar como indígena, pero su presencia se asocia generalmente a la lluvia y a los relámpagos. Juyá representa la movilidad, recorre el mundo en forma de lluvia, representa la vida, es maestro de los cazadores, se asocia al frio. al mundo de la claridad y a la gente de buena salud.


Cuando llega el invierno y caen las primeras lluvias, la tierra es fertilizada, renace toda planta muerta y se desarrolla todo lo que ya vive.


Puloui por su parte representa a la Tierra, a la Madre y es también la esposa de Juyá. De la unión de Juyá y Puloui se desprende la vida. Puloui es fija, múltiple, los lugares donde ella vive están esparcidos por toda la Guajira. Es subterránea y submarina, está ligada al arcoiris. Al viento, al hambre, está ligada a las frutas silvestres. Se asocia al mundo de la oscuridad donde reinan todos los seres portadores de la muerte, por eso la noche está llena de peligros pues pertenece a Puloui. Creen los Wayúu que por las noches el alma se desprende del cuerpo para vagar en ese mundo terrible.

domingo, 2 de agosto de 2009

MÍTICA DIOSA INDÍGENA VENEZOLANA


Según la leyenda, María Lionza era una hermosa india del estado occidental de Yaracuy, de Venezuela, de ojos verdes, piel blanca y poderes sobrenaturales. Algunos creen que descendía de una princesa india y un conquistador español, simbolizando la mezcla de razas característica del país

Varios miles de devotos viajan para venerar a una mítica diosa indígena en las montañas donde habría estado su hogar

Los seguidores del culto a María Lionza, cuyas referencias datan de hace más de 500 años, cruzan campos de caña de azúcar hasta un río cercano a las montañas de Sorte, localizada a unos 290 kilómetros al occidente de Caracas, para llevar a cabo los rituales en la noche, en honor de la diosa, pedir su protección o agradecerle por curar sus afecciones.

Otros que no pueden hacer la larga peregrinación a las montañas a menudo hacen un viaje más corto: Cruzan la autopista Francisco Fajardo una de las más transitada de Caracas.

El culto, que es seguido por miles de personas de todos los estratos sociales, es una mezcla de indigenismo, espiritismo, afroamericanismo y catolicismo.

Muchos de sus seguidores emprenden el viaje el 12 de octubre, aniversario del Descubrimiento de América, pero otros rituales menores se celebran a lo largo del año.

Flores, velas, licor o monedas son comúnmente dejadas como ofrenda.

La escultura de María Lionza, que data de 1951. En el año 1953 el dictador Marcos Pérez Jiménez, quien era devoto de la diosa, ordenó instalarla sobre un pedestal 4,5 metros de alto en medio de la principal autopista de Caracas, la llamada autopista Francisco Fajardo, lugar considerado por sus devotos como el centro energético de la ciudad.

El dictador, que promovió activamente el establecimiento de santos patrones en toda Venezuela, esperaba legitimar su gobierno con la imagen de la diosa, que levanta la pelvis al cielo, montada en un tapir, en cuyas patas del mamífero se enrosca una serpiente.