La situación, va a empeorar si las obras proyectadas por los gobernantes locales se llevan a cabo. Existen planes para construir una carretera entre las ciudades peruanas de Puerto Esperanza e Iñapari (en la frontera con Brasil) y una carretera o un ferrocarril entre Cruzeiro do Sul, en Brasil y Pucallpa, Perú. Ambas obras cruzan los territorios de los indígenas no contactados.
Los indigenas están viviendo los tiempos de las persecuciones de sus abuelos', dice Marcela Vecchione, consultor de la CPI-Acre, se refiere a la violencia sufrida por los indigenas de la región durante el auge del caucho, a fines del siglo XIX. Se cree que los indigenas aislados son los que quedan de los grupos masacrados y perseguidos durante ese período. Con la disminución de la extracción del caucho, regresaron a sus territorios.
Además de las amenazas planteadas por las carreteras, los madereros y los traficantes de drogas, las organizaciones no gubernamentales advierten de los riesgos de explotación petrolera en la región fronteriza. En el lado peruano, varios lotes han sido transferidos a empresas privadas para la exploración de la propiedad.