Una danza de la lluvia es una danza ceremonial que se ejecuta para invocar la lluvia y asegurar el éxito de la cosecha.
Numerosas culturas, que van desde el antiguo Egipto hasta ciertas tribus de indios americanos, cuentan con diversas interpretaciones de la danza de la lluvia. Aún en el siglo XX son practicadas en zonas de los Balcanes, en un ritual conocido como Paparuda (en rumano) o Perperuna (en lengua eslava).
Los cherokee, una tribu del sureste de Estados Unidos, efectuaban este tipo de danzas para promover la lluvia y para limpiar la tierra de espíritus malignos. La leyenda sostiene que la lluvia provocada por el ritual contiene los espíritus de antiguos jefes tribales que, al caer, se enfrentan a los espíritus malignos en el plano intermedio entre la realidad y el mundo espiritual.
Durante la ceremonia, los bailarines se adornan con plumas y turquesas que simbolizan el viento y la lluvia respectivamente. Muchas tradiciones de la danza de la lluvia han sido transmitidas a través de tradiciones orales.